jueves, 1 de abril de 2010

ANTEQUERA




El viaje a Antequera fue un poquito largo…cerca de 8 horas nos llevó llegar hasta tierras andaluzas tras pasar varias movidas en el auto.

Nuestro alojamiento en principio eran unas cabañas de madera, pero los dueños se lo curraron y nos alojaron en el pedazo de cortijo.







La primera actividad programada era la cueva de los órganos, recomendada por un colega de la zona. La forma de cómo un pibe de allí (Paco) nos acompañó a la cueva merece en sí misma una crónica entera (contando también las andanzas del maravilloso concejal de deportes del pueblo y super-espeleólogo y de cómo nos comió la oreja para que fuésemos con Paco) Así tras estar toda la mañana dando vueltas para encontrar la dichosa cueva, y después de comer y que nos la metiesen doblá, fuimos a la boca evidente una vez que estás allí...

























La cueva era rollo ramera pero con salas mucho más grandes, yo pensaba que sería algo mas facilita pero tenía algún paso de trepe y destrepe que te jugabas una ostieja wapa, las formaciones más frecuentes eran columnas supertochas y bastante mal cuidadas por el masivo paso de gente que pasa por la cueva. Tras bajar hasta los más profundo de la cueva y ver como la han destrozado (todo lleno de pintadas y formaciones rotas), a la salida el compañero majo nos intentó meter por sitio bastante chungo y que además no tenía salida…y eso que se la conocía de pm. Alguna trepada más jugándonos el tipo y cerca de mandarle a tomar por culo, pudimos salir sanos y salvos y con la primera actividad realizada.



















En el cortijo la tónica era llegar, ducharse, preparar la cena y aplicarse bien de vinos…
El día siguiente amenazaba lluvia pero aún así fuimos a buscar la ferrata del Camorro. Con las indicaciones que me pasaron en los foros de internet, conseguimos llegar hasta la base del pichul no sin antes dar varias vueltas por Antequera gracias a la pericia de Adolfo al volante, que nos llevaba con el culo al aire en cuanto nos descuidábamos…

Por fin en la base de la ferrata tras una subidita maja, en cuanto me puse el arnés se puso a chispear y al poco a llover…putada máxima. Tras pensar que podíamos hacer, después de que unas chicas nos dijeran que se iban al Chorro, decidimos irnos detrás de ellas para conocer el sitio. Después de una vuelta descomunal conseguimos llegar al desfiladero de los gaitanes, donde sólo pudimos tomarnos unas cervezas ya que no paraba de llover.

El sábado amenció igual que el viernes; con el suelo cubierto de agua y el cielo amenazante again así que tiramos para el Torcal de Antequera. Un sitio super wapo con un Karst bastante peculiar y con una estratificación muy característica. Alli vi un rostro familiar que posteriormente volvería a encontrar…Tras hacer una rutilla por el Torcal y comprobar las múltiples opciones que tiene, nos fuimos a tomar unas cervecitas a Antequera, y allí me encontré otra vez con Paco, presidente del Club Abismo de Guadalajara, que estuvo en el encuentro de espeleo que organizamos hace unos años, algunos lo recordareis con otro apodo…y por frases como ‘hay que beber agua aunque no tengas sed’. Pues bien, allí estaban varios de su club asistiendo a unas jornadas científicas sobre el Karst de Antequera, mu rico.










Por la tarde levanto un poco las nubes y fuimos rumbo hacia otra de las actividades programas: escalada en el valle de Abdalajis. Un poquito de choteo para encontrar las vías y algunas vías fáciles para quitarse el mono.














Nos quedaba pendiente la ferrata del Camorro y tras quedarnos con la miel en la boca cuando nos llovió, decidimos hacerla el lunes antes de subirnos para Cuenca aunque llegásemos a las mil. Pues el lunes fue el mejor día que nos hizo!! Un sol radiante nos acompañó durante toda la mañana haciendo muy agradable la ferrata. Hay que decir que es algo más chunga que otras como el Sorrosal o Sacs, pero se deja hacer. Varios pasos desplomados y algún escalón que te escupía para el lado contrario de donde estabas nos llevó hasta la tirolina. Bastante cortita pero con buen patio hizo que pasáramos un buen rato. Al poquito después,la primera parte de la ferrata termina y hay que seguir subiendo para localizar la segunda parte, cosa que no hicimos porque teníamos que salir enhebrando.














































En definitiva, aunque nos hizo bastante malo pudimos hacer todas las actividades que teníamos en la cabeza.

Hasta el próximo viaje!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joer tron, mola mazo la crónica nano, ta to wapa, na mas que movidas colega pive chungo