Tras comprobar que era muy xungo hacer la ferrata ya que había nieve a partir de los 1.500 metros, nos conformamos con la pateada hasta la base del Eiger y las pedazo de vistas.
El viernes 16 volvimos a comer a casa de los Fleurkens y ver a los papis de las suizas que venían de viaje y por la tarde a los baños de Leukerbad! 3 horas de relajación absoluta, y unos toboganes para flipar.
El domingo, los vecinos se tienen que marchar, así que después del desayuno nos despedimos y nos dirigimos hacia la ferrata que teníamos que hacer el día anterior. Esta vez si que nos hace buen tiempo y nos cruzamos con varios grupos con los que no nos entendiamos ni papa.
Esta ferrata es un poco atípica porque transcurre alrededor de una presa por lo que la mayor parte es pasar por clavijas en horizontal. Justo por debajo de esta presa comienza un barranco muy famoso de la zona: el massaschlucht, y al otro lado tenemos un glaciar de nombre muy chungo de escribir.
Lunes 19, por fin llega el neopreno! Después de tres días de retraso (y eso que era express). Pues salimos corriendo dirección al Tessin para hacer barrancos los últimos días del viaje, de camino tenemos un barranco que tiene muy buena pinta: el Gondo, lo catalogan como muy bonito aunque peligroso porque tiene un presa que hace sueltas automáticas de agua.
Al llegar al pueblo, vemos que el barranco está en la cara norte, y la temperatura ambiente es bastante fría, aún así nos ponemos los neoprenos al completo y nos ponemos a patear el millón de curvas que nos esperan. Llegamos a un puente donde podemos entrar al cauce y allí nos ponemos los atos. Veo un primer rapel con un quimico medio aplastado (no se si por el agua o por algún cabroncete) y le digo a Laura que mejor destrepamos. Pasa de mi culo así que monto el rapel para que baje y luego quitar la cuerda y destrepar yo.
Al bajar Laura se escurre y se come una ostieja guapa, y de una a la poza. Yo me descojono pero no mucho porque cuando intento destrepar veo que no era tan fácil como parecía. Le digo a Laura que me eche la cuerda que paso de destrepar pero no puede por la corriente, bajón. Los fantasmas de los tobillos rotos vienen a mi de una y lo hago con mucho cuidado porque resbala todo un huevo. Por fin llego a un saliente donde puedo saltar...su p madre que fria que está! Laura me dice que está helada pero seguimos a ver si nos calentamos. Un tobogán que te sumerge de nuevo me confirma que está fria de cojones, no llevo guantes y mis dedos me empiezan a hablar.
Le sigue una poza de unos 10 metros que da repelus. Estoy un minuto pensando en que no me quiero meter pero seguimos hasta el puente donde confirmamos que tenemos que abortar sino queremos pasarlo mal. Abandonamos como podemos y en el coche Laura me tiene que ayudar a quitar todo el neopreno porque no siento los dedos...
Hay que tomar una decisión dificil. Si en el Tessin está el agua así nos vamos a comer un colín y muchos kilómetros, y en el Walis podemos aprobechar los pocos días de sol que nos quedan y escalar un poco. Muy a mi pesar renunciamos al Tessín y nos volvemos para escalar en Brig.
Para los que digan que soy un marikita tengo que decir en mi favor que nunca me he metido en una agua tan fría...
Nuestro penúltimo día en el Wallis lo aprobechamos para hacer un poco de deportiva en el sector más facil de la zona. Después de unos 250 metros de desnivel llegamos al sector con roca de pizarra. Laura está un poco indispuesta así que escalo sólo yo, tengo que decir que soy el rey de los cuartos...
Tras pasar casi todo el día allí intentamos encontrar el camino a un glaciar de la zona pero no lo conseguimos, asi que nos vamos al sitio para sobar con el path.
El último día en Suiza lo aprobechamos para hacer las compras de rigor y salir enebrando para barna. El frente anunciado nos lo comemos cruzando Francia, así que hicimos bien.
