Barranco de Gorg Blau-Sa Fosca

Bueno barranqueros, aquí tenéis la crónica del descenso de esta joya de barranco que como veréis dá para bastantes fotos impresionantes.

Bajo estas líneas podéis ver el aparcamiento, que los bomberos nos enseñaron el día anterior, en donde mientras nos cambiábamos conocimos a Manolo y Juan los cuales nos indicaron los accesos al cauce.




Al final se ofrecieron a guiarnos hacia el acceso por el "puente natural" y comenzamos los diez a caminar bajo una constante lluvia que nos llevaba acompañando desde que nos levantamos.



Menos mal que nos acompañaron, pues el camino era bastante difícil ya no de encontrar, que lo era, sino de continuar y sobre todo la parte final, de gran verticalidad y que con la lluvia que hacía que la roca escurriese bastante, hacían de la bajada una dura prueba.






Así fuimos descendiendo al cauce: agarrándonos a las matas, probando la dureza de las culeras y al final, en los últimos destrepes que eran los más comprometidos, ayudandonos de las cuerdas con nudos que había instaladas.




Una vez junto al puente natural, un gran bloque encastrado sobre el Gorg Blau, nos preparamos para entrar al agua tras un pequeño respiro.



El Gorg Blau es una sucesión de saltos y rápeles entre badinas, pozas y algún tramo corto de andar rodeados de paredones que no se acaban y que resudaban agua por todos lados. Esto acompañado del "verdor" de su vegetación y los musgos ofrecían un entorno increíble.













Tras pasar bajo el "Pas d´en Duro" , último acceso/escape, realizamos un par de rápeles más, el tobogan d´en Balti y entramos en los oscuros de Sa Fosca. Esta parte del descenso parece que se realizara dentro de una cueva pero realmente lo que ocurre es que la grieta se estrecha tanto que la luz no puede entrar. A esto se suma que los bloques encastrados y la alta humedad hayan creado un entorno idéntico al de las cavidades activas cubriéndose todo de carbonato cálcico.

Tras el tramo de Sa Fosca desembocamos en el torrente de Pareis donde hicimos la parada para comer, beber, echar un poco de humo, quitarnos los arneses y chaquetas,... vamos, un descansito.

Después de habernos recuperado comenzamos el descenso a Sa Calobra entre/sobre gigantescos bloques y escoltados por dos paredones,bastante altos también.

De entre la higuera que se ve abajo brotaba un buen chorro de agua que según nos dijo Manolo, curtido espeleólogo, procedía de una sima que se encontraba justo encima.

A las aproximadamente ocho horas de dejar los coches esta era la imagen-recompensa que recibíamos.

Por fin, la cala, el mar...

Y aquí los barranquistas que realizamos el descenso el 1 de junio de 2008.



P.D. : Solamente queda agradecer a Manolo que compartiera con nosotros su conocimiento del barranco su experiencia y sus vivencias pues aparte de ahorrarnos dos o tres horas de descenso nos dió motivación para seguir pacticando estos deportes durante muchos años.

DEDICADO AL KENI Y A TODOS LOS DEMÁS COMPAÑEROS QUE NO PUDIERON REALIZARLO (VOLVEREMOS)