martes, 9 de febrero de 2010

Volver siempre es duro


O por lo menos eso me pareció a mi ya que estuve apunto de quedarme en el coche e irme a un bar a tomar algo ya que no me apetecía nada pasar frío poniéndome el neopreno. Pero bueno tras colocarnos los neoprenos y dejar un coche en la parte final del barranco nos subimos felices en el otro coche hasta la cabecera. Una vez nos encontrábamos andando hacía el comienzo del barranco el frío desapareció y pudimos disfrutar del cañoncete de Majadas que como ocurre en muchas ocasiones pierde su caudal en el interminable pedregal que se encuentra en su final.

Bueno pues unas fotos en blanco y negro que no tienen mucha calidad pero se dejan ver.

Colocando la cuerda en un pequeño descenso.

Omar bajando

Preparando el rapel, con alguna explicación técnica que otra.

El rapel más largo del barranco, de unos 20 metros.


Omar al lío. En primer plano la cabecera del rapel.

Sergio bajando un pequeño rapel.

Fernando nadando plácidamente.


Fernando, Godónidas sólo hay uno. El final lo sabemos todos, ¿verdad?


Y hasta aquí llegó mi pequeña crónica, cuando positive las fotos las veréis de mejor calidad que estas son escaneadas. Una buena mañana de Sábado con final feliz en el restaurante el Ventorro a base de huevos, patatas a lo pobre y un pinchito asado. De esto último sentimos no tener fotos pero el hambre apretaba.

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